Respuesta de Joaquín Rondón a Yorman Tovar Apunellez
Comunicado
De poeta a poeta:
Estimado profesor Yorman de Jesús Tovar y comunidad unellista en general, considerando que el respetado académico y escritor Yorman Tovar prefirió los medios digitales para gestionar su reclamo, con el mismo derecho que le asiste, me permito responder públicamente, valorando el hecho de que mi nombre es señalado en la “Carta abierta a las autoridades rectorales y a la comunidad universitaria en general de la Unellez”.
Con mucha modestia, comienzo por decir que yo también soy ganador de dos concursos de literatura en nuestra querida universidad, sólo que los míos son en Poesía y Narrativa, los gané cuando la Unellez era gobernada por agremiados de Apunellez, justo en los tiempos cuando emergió “El Muro”, una suerte de secta académica y religiosa que llegó a decidir los ingresos, ascensos y políticas de la universidad, en un reducto devocional tutelado por el estado de Israel. El viacrucis que me tocó vivir para recibir mi premio en esa época de gobernanza de Apunellez, lo dejaré para el final. El término “Viacrucis” lo tomo de la misma carta abierta del escritor Yorman de Jesús, no por razones teológicas, aunque el profesor prefirió usarla en castellano y yo en latín.
Siguiendo la línea de la carta abierta me permite responder:
En la ocasión cuando fue ofertado el premio en metálico, yo no formaba parte de la comisión que estableció tales montos. Fui designado para la Comisión del 47 Aniversario en septiembre del presente año. Ahora bien, como debe existir continuidad administrativa le correspondió entregar a la ciudadana rectora el sobre contentivo de su premiación, lamentablemente, con un monto que yo no decidí.
Es importante considerar la situación financiera que atraviesa nuestra patria sancionada y bloqueada injustamente, por lo tanto le recomiendo, respetuosamente, que canalice con las autoridades si ese será el monto total a cancelarle. Ese tema en particular lo desconozco. Sé que, oportunamente, le fue informada la reducción del monto, así como las disculpas por la suspensión del evento, entonces mal podría usted iniciar una diatriba sobre lo, oportunamente, informado.
Desafortunadamente la Apunellez trata de aprovechar esta situación para empañar la extraordinaria celebración de nuestro 47 Aniversario, usando expresiones como “ha sido humillada mi condición de poeta y escritor, víctima, repito, de una oferta engañosa, de un fraude literario”, como si la condición de un Poeta se midiera por un premio en metálico.
El infortunio no habita nuestra Unellez, que en medio de inhumanas y crueles sanciones, celebra sus 47 años de siembra con más de sesenta actividades académicas, culturales, deportivas y comunitarias, convirtiendo por primera vez en su historia nuestro Auditorio en todo su aforo para albergar producciones artísticas innovadoras, sobre todo uniendo a sus gremios, sin ninguna discriminación. La desdicha es inquilina en la mansión de Apunellez que, corroída de oposicionismo apátrida, insiste en un sectarismo fanático.
Eso que amarga a Apunellez, permeó las líneas de su comunicado en el cual, solapadamente atacan la fraternidad que hemos propiciado, hermandad manifestada en la Misa de Acción de Gracias donde la directiva de Apunellez y nuestras Autoridades compartimos, en un mismo espíritu institucional, y que tanto pretende desvirtuar el Presidente “Principal” de Apunellez, Pedro Ramírez.
Estimado poeta Yorman Tovar, en mi percepción usted no ganó sus concursos “en gallarda lid”, como expresa en su epístola; desde mi punto de vista la batalla de las ideas, especialmente las escritas, son sublimes, por consiguiente sus concursos fueron ganados en “Sublime Lid”.
Por último, como lo anuncié al principio, les relato que, cuando gané los concursos de Poesía y Narrativa de nuestra Unellez, la directiva ultra derechista que gobernaba, no permitió que me fuera entregado el premio en el acto solemne. No porque un joven estudiante, ensayista precoz y procaz del Diario la Prensa y actor del teatro Universitario, le hubiera ganado a profesores titulares que también participaban, no; la Apunellez impidió que las autoridades de entonces me confirieran el premio en los actos centrales, sólo porque éste servidor era un militante bolivariano, que usó los medios, las tablas y la palabra para denunciar la podredumbre de sus prácticas excluyentes y neoliberales, a tal punto que los compañeros de partido de Pedro Ramírez, instruyeron entregarme los premios en una oficina, sin ninguna formalidad, sino que más delante me expulsaron de la Unellez, sólo por el terrible delito de ejercer “El Peor de los Oficios”, actividad que hoy podemos desplegar, libremente, Yorman Tovar y todos nuestros profesores y estudiantes.
Joaquín Rondón
