Cuenta Regresiva
Gracias a la Ilustración
Podríamos decir que gracias al ilustracionismo tenemos esta espléndida civilización que ha traído tanto provecho, avance y comodidades a la humanidad. Hace poco conmemoramos la vida y el legado de René Descartes de quien se desprende, prácticamente, toda la lógica experimental que dio paso al modernismo, a las leyes de Newton, la ciencia y los métodos algebraicos, geométricos y matemáticos. “Pienso, luego existo” es, quizá, su frase más reconocida, opuesta por convicción a Aristóteles y a los sabios del nuevo continente, incluyendo al brillante filósofo de Apure.
´La Gaya Ciencia´ que tan profundamente ha examinado Nietzsche y que el modernismo encumbró por sobre los mitos y creencias, al ser comprobable y experimental, sin lugar a falsedades o desaciertos, nos ha permitido viajar a velocidades enormes por los cielos, iluminar las noches y conquistar el espacio exterior. Desde 1700 a 1800 se establecieron las bases del conocimiento y la cultura ilustrada que ubicó en la cúspide del progreso a Inglaterra, Francia y Alemania, definiendo las luces y los valores de la civilización entera.
Atrás dejamos la barbarie del oscurantismo, la brutalidad de la quema de brujas, el misticismo griego y oriental, para someter todo a la razón matemática y la explicación empírica de resultados infalibles. A 498 años de su nacimiento, el ilustrísimo francés sigue fascinándonos por su brillantez y valentía a la hora de rescatar y unificar saberes antiguos que terminaron convirtiéndose en la nueva religión post renacentista. Cuáles son los resultados de tal desarrollo y avance: ha traído la ciencia el bienestar integral, con equidad y armonía ambiental a todo el planeta o, así como el Sanedrín se valió de la fe para llenar sus alcancías, el Vaticano sus arcas y las monarquías sus bancos, resultó la ilustración en una forma más elegante de acumular mayores riquezas y triplicar las desigualdades en un planeta expoliado.
Hay cuatro saltos enormes en nuestro curso civilizatorio: el Tratado de Paz de Ramsés II para la coexistencia y prosperidad en la diversidad, la Nueva Alianza que establece Jesús de Nazaret para la igualdad de todos los hijos de Abraham, el Renacimiento humanista y global que incluye a las culturas orientales y el ilustracionismo devenido en nuevo dogma de acumulación de riquezas.
Desafortunadamente, la espléndida ilustración se despojó del elemento más humano y colectivo de los tres saltos anteriores: el bienestar común de todos los pueblos y diversidades, el derrumbe de las diferencias entre gentiles y sagrados y la globalización del conocimiento y la belleza para el disfrute de toda la vida y todos los ciudadanos. El ilustracionismo sistematizó todo el privilegio monárquico y de clases para tener como derivación el estado actual de opulencia para muy pocos y pobreza para la inmensa mayoría, gracias al andamiaje de explotación, extracción y acumulación que le otorga más razón a los sabios americanos: “existo, luego pienso”. Ante todo, valorar la existencia, privilegiar la dignidad de la civilización para luego determinar la existencia global con pleno bienestar. Lanzo la bomba, luego existo…
Joaquín Rondón – Profesor Universitario – @cuentaregresivaenradio
