(Prensa Minec Barinas) Desde la Unidad de Diversidad Biológica del Ministerio de Ecosocialismo (Minec) Barinas le hacen un llamado de conciencia para evitar que tengan animales que están en peligro de extinción o en cautiverio y lo tengan como mascotas.
De acuerdo a información aportada por la Unidad de Diversidad Biológica del Minec Barinas, se recuerda al público en general que la movilización y tenencia de ejemplares de la fauna silvestre, llámese monos, loros, guacamayas, tortugas, serpientes, etc., es ilegal si no se acredita su procedencia legítima conforme a la Ley. También hace saber que los animales silvestres no son buenas mascotas; al comprar fauna silvestre como mascota estamos motivando a su tráfico y contribuyendo a la extinción de muchas especies venezolanas.
El coordinador de la Unidad de Diversidad Biológica, Ing. William Lara, exhortó a la población barinesa a no comprar fauna silvestre, ya que esto acarrea una serie de problemas, además de que viola las leyes.
El coordinador de la unidad comentó que en la entidad se está viendo con una frecuencia alarmante la compra de monos o la tenencia del mismo, bien sea de la especie capuchinos o araguatos, que por razones que se investigan probablemente son ejemplares que personas particulares mantenían ilegalmente en cautiverio y que luego se fugaron o los liberaron inescrupulosamente, con los consecuentes daños a propiedades y problemas zoosanitarios, entre otros.
“Para obtener un mono, deben matar a la mamá y ya ahí se cae en maltrato animal. Además, en los primeros tres años de vida el animalito puede ser muy dócil, pero a los cuatro años cambian su comportamiento”, explicó.
Continuó explicando el Ing. Lara, “lamentablemente algunos monos que están en la ciudad marquesa deben permanecer en cautiverio para mantenerlo domesticado”
“Nos ha llegado denuncia de que hay casos de monos que están sueltos aquí en Barinas, lo cual puede ser un peligro ya que normalmente después de los cuatro años se vuelven agresivos. ¡No hay que comprar fauna silvestre!”, enfatizó.
De igual forma indicó que también se ve con frecuencia la compra y venta de loros, además del resto de animales, lo cual, reiteró, está penalizado y hace un llamado de atención a toda la colectividad barinesa.
«Las especies de primates, tienen estructuras sociales muy complejas, se forman en grupos que denominamos tropas, son territoriales y además los machos no aceptan a otros machos porque los ven como competencia, así que los ataques son brutales y en su mayoría terminan con la vida del animal», manifestó el coordinador de diversidad biológica del Minec.
El Ing. Lara, contó otro hecho que es aún más grave y es el trauma que transitan los monos al momento de ser arrancados del seno de sus familias.
«Las madres son extremadamente protectoras, solo muertas se dejan arrancar a sus bebés de los brazos, en la lucha con el cazador también interviene el macho y si los hay, también interactúan otros hijos de la pareja, que si no mueren a manos del hombre que los caza, fallecen porque aún necesitaban del cuidado de sus padres.
Entonces no tenemos un animal muerto, tenemos uno, dos, tres y hasta cinco miembros de la familia aniquilados», dijo.
En el caso de los psitácidos, entre los que se incluyen loros, guacamayas, pericos y cotorras, entre otros, Lara destaca que los cazadores destruyen los árboles de las zonas de anidación para llegar hasta los pichones.
«Tampoco es fácil devolver estas aves a la naturaleza, porque si eran muy chiquitos a la hora de su captura no tuvieron tiempo de aprender las conductas para vivir en el medio silvestre.
Se acostumbran a ser alimentados y también se apegan a las personas a quienes reconocen como familias», señaló.
Lara reveló que de acuerdo con las estadísticas algunas de estas aves, logran liberarse de su confinamiento y pueden llegar a formar parte de una bandada salvaje, pero que la tasa de éxito es muy baja.
«Como representante del ministerio estamos para hacer cumplir las leyes especiales sobre la materia”.
Pero también se nos presenta el dilema moral, cuando los casos de apego y los lazos son tan grandes que se pone en altísimo riesgo la vida del animal», sostuvo.
«También mantenemos investigaciones permanentes para detectar a los traficantes de madera, que afectan especies de árboles en veda que se encuentran en la zona», apuntó.
El funcionario recordó que la fauna silvestre cuenta con un marco legal para su protección y que por caza, tráfico, comercialización, daño y tenencia ilegal de estos especímenes, las personas pudieran enfrentar entre tres y cinco años de cárcel.
