La victoria de Claudia Sheinbaum marca un hito en la historia de Méjico y un salto cualitativo en la cultura democrática, como lo ha resaltado Andrés Manuel López Obrador al felicitar a sus compatriotas por la enorme movilización: 60 millones de votantes. Inicia una época en Méjico y toda la región con una mujer a la vanguardia; una científica que desplazó la sombra Malinche, erigiendo una nueva figura histórica que coloca en el justo lugar de la política a la mujer latinoamericana, como Frida Kahlo lo hizo en el arte. El proceso transformador del pueblo mejicano reafirma la importancia de la igualdad, la paz, la soberanía y la ciencia en la gestión política para superar la pobreza y múltiples complejidades de nuestras sociedades. Con la victoria de Sheinbaum se abre un interesante capítulo en el novedoso campo de los Estudios Sociales de Ciencia y Tecnología CTS.
En el perfil de la presidenta electa de Méjico están a la par su militancia política y su ejercicio científico. En todos los escenarios donde se ha desempeñado siempre están engranadas ciencia y política soberana, encarnando el papel más importante, quizá, en la tradición CTS de Latinoamérica; desde los círculos de trabajo técnico-obrero en el Chile de Allende, pasando por los proyectos nacionales de Varsavsky, los nodos universitarios productivos impulsados por Lula y Boaventura, el enorme afecto de Edgar Morín con los filósofos mejicanos y seguramente las colaboraciones de Claudia Sheinbaum con Feyerabend y demás científicos en Berkeley.
En el contexto actual el modelo humanista de América será liderado por Sheinbaum, quien desde ya pone en las cuerdas la figura contraria: Miley en Argentina. Son perfiles y gestiones totalmente opuestas: humanismo versus neonazismo, desarrollo con base en la gestión del conocimiento, versus neoliberalismo. Feminismo y equidad contra machismo excluyente. Como presidenta de Méjico, Sheinbaum significa un avance civilizatorio y democrático trascendental que fractura la superestructura del poder político, económico y criminal fundamentado en la misoginia causante de las enormes desigualdades, injusticias y el terror que sigue siendo el gran desafío de Méjico, nación que ha padecido asesinatos de numerosas candidatas, un peligro que amenazó también a la presidenta electa como a las demás abanderadas. Es justo reconocerles su valentía. La presidencia de Sheinbaum ubica a América como la región del mundo con más mujeres electas para gobernarlas.
Como Frida, Claudia Sheinbaum será estampada en las playeras de las próximas generaciones de jóvenes latinoamericanas. Son los íconos del arte, la ciencia y la política femeninas; la primera presidenta científica y humanista electa, vale destacarlo: con la mayor cantidad de votos en la historia de Méjico, el país con las coordenadas más complejas de la tierra: entre la nación más rica y poderosa y el sur empobrecido, acosado por la violencia, la corrupción y la desigualdad, flagelos propios del coloniaje trasnacional. Ahora Méjico tiene la paleta de Frida y la genialidad científica y militante de Sheinbaum para continuar su transformación a la mejicana con base en el conocimiento y la inversión eficiente para combatir la pobreza, construir la paz y reivindicar la dignidad y soberanía Latinoamericana.
Joaquín Rondón – Profesor Universitario – @cuentaregresivaenradio
